«Fue un viaje bastante duro, estuve los 10 días allá sin valija, así que fue un golpe bajo de entrada, que después en el día a día fue repercutiendo en lo que fue mi salud también, porque faltaron unos productos de alimentación y de hidratación para la carrera que no los pude tener y no logré conseguirlos allá. Es un problema bastante fuerte para los deportistas porque nosotros estamos acostumbrados a consumir todos los días lo mismo y cuando cambiás de producto, al no tenerlo probado, te puede afectar estomacalmente y eso pasó… El día anterior a la carrera estuve con descomposturas, pero el día de la carrera me autoconvencí de que estaba bien, de que no pasaba nada, y a los 15 minutos empecé a vomitar y todas las alimentaciones que hice durante las 2 horas y cuarto que estuve nadando, las vomité, así que decidí frenar y no poner en riesgo la salud». Así fue el resumen que el nadador Aquiles Balaudo hizo de su viaje a Canadá, adonde compitió en aguas abiertas, en el Lago San Juan.
«Iba con muchas expectativas, la carrera se dio como yo esperaba que sea, pero hay que ser más objetivo en lo que es la salud que en lo que es un resultado deportivo«, agregó, «uno siempre quiere que esté todo como lo planea, que todo salga a la perfección, pero en mi caso es una maratón donde tenés que abandonar, y entre comillas, se tiran en la basura muchos meses y muchos años de entrenamiento. En mi caso iba con muchas ganas, con muchas expectativas, y tenía esperanzas de poder pelear un podio, pero me terminé quedando con nada«.
Ahora, dejando esta mala experiencia atrás, y ya con la cabeza más fresca, Aquiles continúa entrenando y ya piensa en su próxima afrenta: el 9 de septiembre en la Capri-Nápoles. «Ahí voy a tratar de volcar toda la bronca y todo el entrenamiento para sacar una buena carrera. Voy sin pensar tanto en el puesto, porque creo que tuve que cambiar un poco también mi cabeza e ir a lograr terminar la prueba». Sobre esta competencia, sostuvo que «son 7 horas en el mar, con agua que va a estar probablemente bastante caliente, todo lo contrario a lo que es Canadá. En estos días, en Europa está haciendo mucho calor así que esperamos que las temperaturas estén altas… Personalmente en Nápoles yo todas las veces que fui hizo mucho calor así que espero que estará muy complicado en ese sentido, pero bueno, nosotros venimos de Santa Fe donde los febreros de Santa Fe-Coronda nos castigan con 42 grados, así que esto no va a ser un problema».
En esta oportunidad, Balaudo sale para Europa el 4 de septiembre, y por primera vez, viajará solo, siendo el costo del viaje todo un motivo para esta decisión. «Voy a ir sin entrenador, sin papá, así es un nuevo desafío. Es muy importante tener a tu entrenador en las competencias, no sólo por el día de la carrera sino por los días previos, donde se afinan mucho los entrenamientos. Yo a todas mis maratones las corrí con él al lado, así que el conocimiento que tenemos el uno del otro es grandísimo, pero voy a tener que adaptarme a eso, y es una carrera con la que tengo una deuda porque todas las veces que competí no pude hacer una buena carrera».
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