De vuelta en casa, y con dos medallas sudamericanas, Santiago Delamorclaz y su papá «Nacho» nos recibieron en Gimnasio «Saltos» para hablar de la experiencia que vivieron días atrás en Bariloche, cuando Santi logró la medalla de bronce en Barra Fija y la de plata por equipos en el certamen.

«Estamos muy, muy contentos por los resultados de la selección y por el resultados de Santi en este primer torneo sudamericano. Como papá lo viví con muchísimos nervios, al igual que Juli -su mamá- que estaba en la tribuna… Como entrenador también, pero uno se divierte más y lo disfruta más como entrenador, porque tenés los nervios clásicos de tener un hijo en un Sudamericano, además del orgullo ¿no?», dijo Ignacio tras lo vivido en Barilo, para dar la palabra al pequeño gran atleta.

El torneo «me gustó bastante, porque he conocido gente de otros países, conocí la nieve, pude volar por primera vez y un montón de experiencias nuevas que estuvieron muy buenas», contó Santiago, para luego detallar lo que fue el Sudamericano en sí: «Mi equipo estaba conformado por cuatro personas: Pedro Ojeda que es de Buenos Aires, Santino Martos que también es de Buenos Aires, Felipe Rodríguez que es de Córdoba y yo. Me traje medalla en Barra Fija, donde que quedé tercero, y fui segundo por equipo. La barra fija es una especie de un caño en el que te agarrás y hacés balanceos y muchos ejercicios que son difíciles. Y cuando subimos al podio, con la bandera, me sentí re contento, emocionado, y ahí toda la gente aplaudía, así que estuvo re bueno».

De vuelta en casa, «Santi» nos mostró sus medallas y le pedimos una dedicatoria: «A mi mamá, a mi papá, a mi familia, a mis compañeros, a mis amigos, a mis compañeros de gimnasia, de la escuela, a las seños, y a toda la gente que me quiere».

 

 

 

Análisis de papá/entrenador

«Argentina salió segunda en la categoría de Santiago, y en muchas de las categorías, porque Colombia tiene muy buena gimnasia en los niveles iniciales, porque tiene un sistema muy diferente al resto de los países. Es un sistema de becados, ellos tienen un problema muy grande con el flagelo de la droga y lo que pasa es que a las familias se les da becas a los chicos, los ubican a los padres para que no trabajen en los lugares donde se produce droga y los chicos lo único que tienen es entrenar durante una carga horaria muy grande y eso hace que se desarrollen mucho más en una primera instancia, que es en la instancia de nivel AC2, que es 11 y 12 años y 13 y 14, pero después se empareja todo cuando entran en la adolescencia, porque lamentablemente estos chicos se van a sus lugares de vuelta y aunque en una infancia están muy contenidos, después cuando llegan a la adolescencia cambian un montón las cosas. Compartimos hotel con los chicos de Colombia y se notaba la camaradería que había con todos los países, estaba Panamá también, y era el estar ya presente en un Sudamericano, que fue el objetivo fundamental que teníamos todos… Ahí se notaba mucho que ya no estaba tan tan arraigada la competencia como sí en los selectivos», relató «Nacho» de esta experiencia, remarcando que «gracias a que Santi entrenó mucho, pudo obtener tres notas que sumaron para el equipo y obviamente la medalla en barra a nivel sudamericano fue un logro espectacular, porque estar en el podio de un Sudamericano es algo muy, muy bueno, si bien veíamos que podía tener chances en barra porque en los dos selectivos sacó la mejor nota a nivel nacional».

Además, al momento de competir, «a Santiago no le afectaron los nervios: los pudo superar y lo hizo muy bien, y ahora lo único que queda es el Nacional y el próximo Provincial, donde estará luciendo la remera que nos quedó del Sudamericano que él lleva con orgullo».