Los campeones 1980 del Club Atlético Santa Paula en la década del ’80, se reencontraron en un asado organizado en la casa de Mario «Bayo» Vázquez, y en esta oportunidad con la presencia de Roberto «Cabezón» Brunetto, quien actualmente vive en Bolivia.
«Roberto vino exclusivamente para mi cumpleaños (es el 25 de mayo, pero lo festeja el 24 por la noche) y se vino especialmente, para mí es una verdadera felicidad», contó «Bayo», quien junto a Roberto formaron parte del equipo campeón.
En la oportunidad también se hizo presente el ministro de Desarrollo Social Danilo Capitani, acompañado por el concejal Martín Luna, y ambos entregaron un reconocimiento a todos los integrantes del plantel. Asimismo Luna los invitó a ser parte de la próxima sesión del Concejo, donde también recibirán una declaración de interés.
En tanto Brunetto, ex jugador de Instituto y de Oriente Petrolero, recordó que «ese campeonato fue muy lindo, importante para el Club Santa Paula, porque fue una camada de buenos jugadores y además salimos campeones… Fue mucho para nosotros».
Recordó además que «automáticamente me fui a San Francisco a jugar y se me abrieron las puertas para ir a Instituto, donde estuve ocho años, y luego pasé a Bolivia, donde terminé mi carrera».
«Era un jugador aguerrido. Pasaba la pelota, pero el hombre no». Así lo definió Vázquez, y Brunetto coincidió: «Yo era un tipo fuerte, con mucho temperamento y en el fútbol el temperamento siempre marca la diferencia, pero también hay que saber jugar. De a poco fuimos levantando el nivel y al llegar a un equipo de primer nivel como Instituto, fui tomando mucha experiencia y mejorando en todo».
Además analizó la actualidad del fútbol y marcó la diferencia de cuando él era jugador: «Antes había muchos jugadores de calidad, de mayor técnica, y ahora se ven de mucha fuerza y físico».
Brunetto llegó a dirigir hasta hace un año y medio al equipo de «Jorge Wistlerman», con el cual ganaron el campeonato local y formaron parte de la Copa Libertadores: «Tendría que haber vuelto, pero no quise volver por la altura».
Y ahora, volvió a la ciudad luego de dos años: «En su momento vine a visitar a mi hermana y ahora pude volver a reunirme con todos los compañeros del ’80, y con Mario para su cumpleaños… Es una alegría enorme poder volver encontrarme con muchos amigos, recordar, recorrer la ciudad y ver que, con el crecimiento de la ciudad, Santa Paula ya casi está en el centro de Gálvez».